
Los desastres naturales son eventos climáticos, geológicos y meteorológicos que suceden sin ningún tipo de intervención humana directa. Pueden causar daños de diferente grado a personas, infraestructuras y ecosistemas y, aunque algunos son impredecibles, conocemos sus efectos y las regiones del mundo donde son más habituales. Además, presentan patrones que es importante conocer para poder anticiparse, prepararse y actuar eficazmente ante ellos.
A continuación, vamos a señalar las características y causas de cada desastre natural, así como la forma de actuar en caso de que se produzcan.
Desastres naturales más habituales
Cada fenómeno natural tiene sus propias características, causas y zonas donde son más proclives. Por ejemplo, no es lo mismo zonas como Hawái con sus volcanes o los tifones en el Sudeste Asiático, que las sequías en España o los terremotos en Chile.
Conocer las características de cada desastre natural y sus causas nos puede ayudar a prepararnos de forma eficiente y eficaz e, incluso, llegar a sobrevivir sin problemas. Aquí hablaremos de algunos desastres naturales como huracanes y tifones, terremotos, tsunamis, sequías, entre otros.
Huracanes, tifones y ciclones

Los huracanes, tifones y ciclones son fenómenos que se producen debido a las confluencias de la climatología en ciertas zonas del mundo. Son sistemas de tormentas que pueden llegar a ser muy poderosos y crear verdaderos desastres naturales, con vientos fuertes que superan tranquilamente los 120 km/h. En general, suelen venir acompañados de lluvias, inundaciones y marejadas ciclónicas.
Se forman en aguas cálidas (más de 26ºC) como las que se dan en la zona del Caribe o en el Pacífico, es decir, en zonas tropicales. Esta agua caliente se evapora convirtiéndose en aire caliente cargado de agua. El aire caliente asciende, creando zonas de baja presión y, al combinarse en la rotación de la tierra, se produce el fenómeno en espiral.
Ejemplos de desastres naturales:
- Huracán Katrina (EE. UU., 2005): provocó más de 1800 muertes en Nueva Orleans.
- Tifón Haiyan (Filipinas, 2013): uno de los más intensos registrados, dejó más de 6000 muertos.
- Ciclón Idai (Mozambique, 2019): causó grandes inundaciones y desplazamientos masivos.
Terremotos como desastres naturales

La Tierra está compuesta de distintas placas de tierra fría que se chocan y superponen entre sí. Estas placas, cuando friccionan o se presionan entre ellas, provocan el efecto que conocemos como terremotos. Y estos choques son los que se replican en la superficie provocando temblores que, en función de la profundidad y el lugar donde se produzca, puede llegar a ser de mayor o menor intensidad.
En general, pueden llegar a durar desde segundos a minutos y la intensidad se mide siguiendo la escala de Richter. De igual modo, este fenómeno también puede llevar a que formen o estallen volcanes, ya sea en la superficie o bajo el mar.
Si hablamos de zonas del planeta, se producen en el Anillo de Fuego del Pacífico (Chile, México, Japón o Indonesia), Región de los Balcanes, sureste de España o la Franja Himalaya.
Ejemplos de desastres naturales:
- Terremoto de Haití (2010): más de 200,000 muertos.
- Terremoto de Valdivia (Chile, 1960): el más potente jamás registrado (9,5).
- Terremoto de Turquía-Siria (2023): miles de fallecidos y devastación masiva.
Erupciones volcánicas

Un volcán es una vía directa entre el fondo magmático de la Tierra y la superficie de la misma. Mediante oquedades se expulsa de forma repentina magma, gases, ceniza y materiales piroclácticos desde el interior del planeta. Estos materiales pueden crear daños naturales como deslizamientos de tierra, lluvia ácida, incendios o modificar el clima (tanto a nivel local como global). Así mismo, también provocan graves daños en infraestructuras, ya que la lava está a muy alta temperatura (entre 700ºC y 1200ºC).
Un volcán estalla porque el magma del interior del planeta hace presión y esta fuerza termina por estallar y provocar las famosas erupciones volcánicas. Se pueden producir también por el colapso de un cono volcánico o por el movimiento de las placas tectónicas.
Entre la zonas con mayor riesgo está el Cinturón de Fuego del Pacífico (Japón, Filipinas, Indonesia), Islandia, Italia (zona mediterránea) o Hawái (cuenta con volcanes activos constantes).
Ejemplos de desastres naturales:
- Krakatoa (Indonesia, 1883): una de las erupciones más destructivas de la historia.
- Monte Santa Helena (EE. UU., 1980): arrasó 600 km² de bosque.
- Cumbre Vieja (La Palma, España, 2021): afectó a miles de viviendas y cultivos.
Tsunamis como desastres naturales

Tusnami es una palabra de origen japonés, al combinar los términos tsu (puerto) y nami (ola). No son muy comunes, ya que para que sucedan tiene que haber otro fenómeno natural que le dé origen.
Podemos definirla como una ola gigante creada por el movimiento brusco del fondo marino y que pueden alcanzar una altura de 30 metros y una velocidad superior a los 800 km/h cuando llega a la costa.
Normalmente, las causas de su aparición proceden de terremotos marinos, erupciones volcánicas, deslizamientos de tierra que cae al mar (o se produce en el mar) y el impacto de meteoritos (muy raro).
Debido a la geología de estas regiones, suele darse en zonas de la Costa del Pacífico (Chile, Japón, Indonesia) o en zonas de la costa del Índico (Sri Lanka e India).
Ejemplos de desastres naturales:
- Tsunami del Océano Índico (2004): más de 230,000 muertes en 14 países.
- Japón (2011): causado por un terremoto de magnitud 9, provocó el desastre de Fukushima.
Incendios forestales

Sin duda, el incendio es uno de los fenómenos más usuales y se puede generar tanto de forma natural como por la mano del hombre. Y no por ello es menos grave que los casos comentados anteriormente. El fuego tiende a propagarse rápidamente en zonas de pasto o bosques en verano, ya que se alimenta de la vegetación seca, el viento y el calor.
Si no se controlan a tiempo pueden llegar a arrasar cientos de hectáreas, zonas de cultivo, plantaciones e, incluso, llegar a zonas urbanas.
Entre sus principales causas están las naturales como el rayo, olas de calor constantes o las fuertes sequías. Pero también se pueden generar por la dejadez humana como es prender una barbacoa, realizar fugadas, tirar colillas al suelo o quemas agrícolas mal controladas.
Las regiones más vulnerables son zonas de Estados Unidos como California, la Amazonía, Australia y el sur de Europa (España, Grecia y Portugal).
Ejemplos de desastres naturales:
- Incendios de California (2020): más de 4 millones de hectáreas quemadas.
- Incendios en Australia (2019-2020): más de 3.000 millones de animales afectados.
- Incendio en Grecia (2021): provocó evacuaciones masivas y pérdida de biodiversidad.
Inundaciones

Las inundaciones consisten en la acumulación o el desbordamiento de agua en una determinada zona donde normalmente no suele haber tanta agua. Pueden ser embasamiento de agua repentino o lento. Entre sus efectos está el dañar la biodiversidad de la zona, viviendas, cultivos y hasta pérdidas humanas.
Normalmente, se suelen producir debido a lluvias torrenciales intensas y persistentes, desbordamientos de ríos, huracanes o tifones, un mal drenaje urbano o por la fusión de nieve cuando llega la época primaveral debido al deshielo.
Entre las zonas más afectadas están deltas, llanuras y ciudades en la costa, así como en zonas tropicales donde son habituales debido a la alta densidad de lluvia.
Ejemplos de desastres naturales:
- Inundaciones en Alemania y Bélgica (2021): dejaron decenas de muertos.
- Pakistán (2022): afectó a 33 millones de personas.
- Inundaciones en Bangladés: frecuentes cada año durante el monzón.
- Inundación debido al Barranco del Pollo en Valencia (2024) que dejó casi 200 muertos.
Tornados

Los tornados consisten en columnas de aire que rotan a una gran velocidad (hasta 400 km/h) y que conectan con nubes de tormenta y pisan suelo. Pueden llegar a arrasar grandes zonas en cuestión de minutos y durante desde segundos a horas.
Entre sus causas más habituales están los choques de masas de aire frío y caliente, una presión atmosférica inestable o la existencia de humedad en el ambiente que forme supercélulas.
Son bastante habituales en Estados Unidos (Texas, Oklahoma, Kansas), Argentina, Uruguay, Sur de Brasil, Australia y partes de Asia (estas dos últimas no tan frecuentes).
Ejemplos de desastres naturales:
- Tornado de Moore, Oklahoma (2013): categoría EF5, dejó 24 muertos.
- Tornado de Joplin, EE. UU. (2011): uno de los más mortíferos del siglo XXI.
- Tornado en San Justo, Argentina (1973): arrasó gran parte de la ciudad.
Tormentas invernales y olas de frío

Las olas de frío son fenómenos meteorológicos que incluyen nevadas intensas, temperaturas bajo cero, viento y hielo. Pueden provocar cortes eléctricos, aislamiento de poblaciones y muertes por hipotermia. Las causas que lo provocan son la colisión de masas de aire polar y húmedo, bloqueos atmosféricos y los cambios en las corrientes del chorro (o jet stream).
Las zonas más afectadas por este fenómeno son América del Norte (Estados Unidos y Canadá), Europa Central y Este y otras zonas más al norte como Rusia y China.
Ejemplos de desastres naturales:
- Ola de frío en Texas (2021): dejó millones sin electricidad durante días.
- Tormenta Filomena (España, 2021): una de las nevadas más intensas en décadas.
- Ola de frío en Europa (2012): causó más de 600 muertes.
Sequías extremas

Periodo prolongado con lluvias muy por debajo de la media, que causa escasez de agua, pérdidas agrícolas y estrés hídrico. Las causas vinculadas con la sequía son los cambios climáticos en una región determinada, el fenómeno del El Niño, Sobreexplotación de los acuíferos o la deforestación.
Las áreas más expuestas a la sequía son las zonas áridas de América del Sur y Asia, el África Subsahariana y en la Europa Mediterránea (España, Portugal, Italia o Grecia).
Ejemplos de desastres naturales:
- Sequía del Sahel (años 70-80): causó millones de muertes y desplazamientos.
- Sequía en California (2012-2016): impacto severo en la agricultura.
- Sequía histórica en el Cuerno de África (2022): grave crisis humanitaria.
Recomendaciones ante desastres naturales

Recomendaciones ante desastres naturales: huracanes e inundaciones
Cuando comienza la época de huracanes e inundaciones (primavera y otoño), es importante tener esto en cuenta para prepararse. A continuación, exponemos algunas recomendaciones para ti y los tuyos:
Medidas preventivas
- Mantén tu equipo de emergencia listo y en buen estado. Revisa linternas, radio, botiquín, alimentos no perecederos y documentación importante para tenerlos a mano ante cualquier eventualidad.
- Retira o guarda todos los objetos sueltos que puedan convertirse en proyectiles. Macetas, cubos de basura, herramientas u otros elementos ligeros deben almacenarse en interiores.
- Asegura y refuerza todo aquello que el viento o el agua puedan mover. Amarra puertas, ventanas, toldos o elementos exteriores que podrían desprenderse.
- Limpia techos, canales y drenajes. Retira hojas secas y escombros tanto de tu azotea como de las alcantarillas cercanas para evitar obstrucciones durante lluvias intensas.
- Revisa el funcionamiento del coche. Asegúrate de que tienes combustible suficiente y que el vehículo esté en condiciones óptimas en caso de necesitar desplazarte.
- Protege tus reservas de agua. Sella correctamente el pozo o aljibe y cierra las llaves principales de paso para evitar la entrada de aguas contaminadas en el sistema doméstico.
- Identifica con antelación un lugar seguro. Si vives en una zona vulnerable o en una vivienda poco resistente, busca un refugio temporal o albergue donde puedas resguardarte.
- Sigue siempre las instrucciones oficiales. Si las autoridades recomiendan evacuar, hazlo sin demora para proteger tu integridad y la de los tuyos.
En caso de evacuación
- Mantén la serenidad y transmite calma a quienes te rodean. Conservar la tranquilidad en momentos críticos es esencial para tomar buenas decisiones y evitar el pánico.
- Prepara una mochila con lo esencial y protege tu hogar. Asegura puertas y ventanas, y lleva contigo objetos indispensables como documentos, medicinas, linterna o agua.
- Permanece informado a través de una radio portátil. Escucha emisoras oficiales para conocer las indicaciones y actualizaciones sobre la emergencia.
- Desconecta la corriente eléctrica y los aparatos domésticos. Evita posibles cortocircuitos o daños mayores durante cortes de energía o tormentas.
- Cierra las llaves principales de gas y agua. Esto ayuda a prevenir fugas peligrosas o la entrada de líquidos contaminados en la red del hogar.
- Informa a familiares y vecinos si la situación lo permite. Si hay tiempo y condiciones seguras, avisa a otras personas sobre lo que está ocurriendo para que también puedan prepararse.
Recomendaciones ante desastres naturales: inundación
- Mantén tus objetos de valor y documentos protegidos en lugares altos y, si es posible, dentro de envases herméticos
- Aléjate de zonas donde bajen corrientes de agua, especialmente si la pendiente es pronunciada
- Evita conducir por carreteras con agua en movimiento o que superen el nivel de las rodillas, ya que podrías ser arrastrado
- Si tu coche se queda atascado, abandónalo con rapidez y busca un punto elevado donde refugiarte
Si decides quedarte en casa
- Asegura puertas y ventanas, y protege los cristales con cinta adhesiva en forma de cruz
- No abras las cortinas, ya que pueden ayudarte si se rompe un cristal
- Ten a mano tus artículos de emergencia y mantén encendida una radio de pilas para seguir las instrucciones oficiales
- Si una ventana o puerta se abre por el viento, no te acerques de frente
- Observa con frecuencia el nivel del agua en las inmediaciones de tu vivienda
- Mantente alejado de puertas y ventanas durante todo el suceso
- No salgas de tu casa hasta que las autoridades confirmen que es seguro hacerlo.
Después del suceso
- Sigue siempre las indicaciones de las autoridades por medios oficiales
- Lleva a las personas heridas a servicios de emergencia lo antes posible
- Asegúrate de que los alimentos estén en buen estado y evita comer productos crudos o de origen dudoso
- Bebe únicamente agua almacenada o previamente hervida
- Revisa tu hogar en detalle para descartar riesgos estructurales
- Si tu vivienda está intacta y segura, permanece en ella
- No restablezcas gas, agua ni electricidad hasta comprobar que no existen fugas o cortocircuitos
- Usa linternas de pilas en lugar de velas para iluminarte
- Revisa que los aparatos eléctricos estén completamente secos antes de volver a usarlos
- Elimina cualquier acumulación de agua estancada para prevenir plagas
- Si tu vivienda está en una zona de riesgo o muy afectada, no regreses hasta tener autorización oficial
Si necesitas desalojar la vivienda
- Lleva contigo tu equipo de emergencia básico
- Evita zonas con corriente de agua en descenso
- No circules por carreteras con inundación activa ni cruces zonas con agua por encima de las rodillas
- En caso de que el vehículo se quede detenido, déjalo y desplázate hacia un lugar elevado
Recomendaciones ante desastres naturales: terremotos
Consejos de supervivencia en caso de sufrir una catástrofe natural
En un mundo en constante cambio e impredecible, tener conocimientos de supervivencia es un obligado que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. En este artículo te daremos un conjunto de consejos de supervivencia para que estés preparado y poder afrontar cualquier tipo de desafío que se produzca.

Planifica antes de que sea tarde
Tener un plan de emergencia familiar puede marcar la diferencia en un momento crítico. Establece rutas de evacuación, lugares de encuentro y métodos de comunicación en caso de separación. Practícalo con frecuencia para que cada miembro sepa cómo actuar sin dudar.
Familiarízate con tu entorno
Conocer tu entorno inmediato te permite anticiparte a los riesgos. Aprende cuáles son los peligros naturales frecuentes en tu zona, cómo es el clima, qué especies vegetales y animales hay, y cuáles pueden ayudarte o perjudicarte. La información puede convertirse en tu mayor aliada.
Echa un vistazo a nuestro artículo sobre Introducción a la supervivencia Urbana: Riesgos y Soluciones.
Aprende a orientarte sin tecnología
Saber moverte en el terreno sin GPS es una habilidad vital. Entrena el uso de brújulas, mapas topográficos y técnicas de orientación natural, como observar el sol, las sombras o las estrellas. Estos conocimientos te permitirán avanzar con seguridad cuando todo falle.
Prioriza tu tranquilidad y necesidades básicas
Conservar la calma ante una situación límite es tan esencial como el equipo físico. Evalúa qué necesitas de inmediato —agua, refugio, alimento, calor— y actúa con lógica. El pánico es un enemigo silencioso que nubla el juicio y pone en riesgo tu supervivencia.
Echa un vistazo a nuestro artículo sobre Regla de 3 en supervivencia.
Equípate con materiales resistentes y funcionales
Contar con el equipamiento adecuado puede marcar la diferencia. Ropa térmica, botas resistentes, gafas protectoras, cuchillos tácticos o guantes de supervivencia de uso militar o policial son aliados que pueden ayudarte en condiciones extremas. Más vale tenerlos y no necesitarlos, que al revés.
Entrena tus habilidades constantemente
La preparación no se improvisa. Practicar técnicas de supervivencia en excursiones o campamentos te permitirá afianzar tus conocimientos: encender fuego sin cerillas, construir un refugio, improvisar utensilios o aplicar primeros auxilios con recursos limitados. Cada experiencia te hará más hábil.
Prepara y revisa tu kit de supervivencia
Tu mochila de emergencia debe contener lo esencial: agua, comida duradera, medicinas básicas, herramientas multifunción, linterna, abrigo y medios de comunicación. Revisa su estado periódicamente y guárdala en un lugar accesible para poder actuar con rapidez.
Aprovecha los recursos de la naturaleza
La autosuficiencia empieza por conocer tu entorno natural. Saber cómo recoger agua potable, usar plantas para curar heridas menores o encender fuego con elementos del entorno puede mantenerte con vida días o semanas si fuera necesario. Llevar algo de comida liofilizada también puede darte margen de maniobra.
Mantente al tanto de lo que ocurre
Estar informado sobre el clima, alertas y sucesos locales te permite actuar antes de que la situación se complique. Tener una radio de emergencia o aplicaciones móviles de alerta temprana puede darte la ventaja de actuar con antelación.
Ten una actitud fuerte y positiva
Tu estado mental es clave. En situaciones duras, la determinación y una actitud optimista pueden ayudarte a soportar el miedo, la fatiga o la frustración. Creer que puedes sobrevivir es muchas veces el primer paso para lograrlo.
Conclusión
Los desastres naturales forman parte del equilibrio dinámico del planeta, pero su impacto se multiplica cuando afectan a comunidades vulnerables, infraestructuras mal planificadas o ecosistemas ya debilitados. A medida que el cambio climático avanza, muchos de estos fenómenos se están volviendo más intensos, frecuentes e impredecibles.
Conocer los distintos tipos de desastres, sus causas y las zonas donde ocurren con mayor frecuencia es clave para estar mejor preparados. Tanto a nivel individual como colectivo, la educación, la prevención y la preparación son herramientas fundamentales para minimizar daños y salvar vidas.
Porque si bien no siempre podemos evitar que la naturaleza actúe, sí podemos elegir cómo responder.
Preguntas frecuentes
¿Qué debo hacer primero ante un desastre natural?
Evalúa tu entorno rápidamente y busca un lugar seguro. Mantén la calma, respira hondo y evita actuar por impulso.
¿Qué hago si me pilla en la calle?
Aléjate de edificios, árboles o postes eléctricos. Busca un espacio abierto o un refugio sólido, según el tipo de desastre.
¿Es mejor quedarse en casa o salir?
Depende del riesgo. En terremotos, mejor quedarse dentro; en incendios o escapes de gas, evacúa cuanto antes. Sigue siempre instrucciones oficiales.
¿Cómo ayudo a niños o personas vulnerables?
Explícales lo que ocurre con calma, mantente cerca y adapta el ritmo. Lleva su medicación, documentación y mantas o alimentos si es necesario.
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